Un coche es tan seguro como nosotros queramos hacerlo. De manera independiente a su estado de mantenimiento y a sus sistemas de seguridad internos, existe una serie de factores en los que nosotros influimos directamente y sobre los que debemos actuar si queremos gozar de una conducción más segura.
La visibilidad es uno de esos factores, ya que una buena visibilidad reduce ampliamente la posibilidad de tener un accidente. Cuando hablamos de visibilidad en ciudad y en carretera no solo nos referimos a llevar en perfecto estado las luces de nuestro vehículo, también hablamos de otros factores que debemos tener en cuenta y que son clave para marcar la diferencia.
Los faros y su ajuste correcto
Dentro de la seguridad en carretera debemos considerar seriamente el ajuste de los faros de nuestro coche, no solo por el peligro que supone conducir con una visión limitada de lo que nos rodea (la cual se reduce aún más en trayectos nocturnos) sino también por seguridad de los otros conductores con los que nos cruzamos en nuestros trayectos.
Un mal ajuste en nuestros faros puede ser motivo de accidente si deslumbramos a los conductores que circulan en sentido contrario al nuestro, por lo que debemos velar por nuestra propia seguridad y por la de los demás.
Luces incluso de día
Puede sonar raro o inadecuado pero, ¿sabías que es de obligado cumplimiento en más de 20 países de la Unión Europea? De hecho la visibilidad extra que le otorga a los vehículos en condiciones de niebla, nieve o lluvia, ha repercutido de manera muy positiva en las estadísticas de accidentes de esos países.
Llevar las luces encendidas también de día es un factor a tener en cuenta de cara a conducir con mayor seguridad tanto para nosotros mismos como el resto de conductores y viandantes.
La calidad del limpiaparabrisas es fundamental
Una buena visibilidad depende mucho de la calidad de nuestro limpiaparabrisas. Esta pieza se dedica fundamentalmente a limpiar nuestra luna delantera para acabar con molestos obstáculos que impidan una correcta visión de la carretera y del exterior que nos rodea.
Normalmente los limpiaparabrisas llevan a cabo unos 750.000 ciclos de limpiado en lo que dura su vida útil. Debemos tener en cuenta que además del desgaste por uso, están sometidos a inclemencias del entorno que también influyen de manera decisiva en su deterioro. Entre estos factores encontramos por ejemplo fluctuaciones de temperatura que los llevan de los -30ºC a los 80ºC, exposición a luz solar directa, suciedad ambiental, hielo, insectos, químicos ambientales, etc.
Por ello, a mayor calidad en su fabricación y materiales, mejor servicio nos darán y más aportarán a nuestra seguridad cuando nos ponemos al volante.
Un limpiacristales especial
Suciedad, polvo e insectos se unen para crear una película sobre nuestro coche que normalmente no se basta de agua para ser retirada, lo que supone un potencial peligro que puede limitar la visibilidad en carretera. Ahí inevitablemente entra el uso de un limpiacristales especial para nuestro vehículo, que además de retirar dicha película de suciedad, impide la formación de hielo en invierno.
Este producto se debe adquirir en lugares especializados, siendo fundamental elegir la mezcla correcta de sus componentes para obtener un efecto adecuado según el entorno y lugar donde estacionamos nuestro vehículo.
La seguridad en carretera no solo se limita a tener un coche correctamente mantenido, con la ITV revisada y sus homologaciones pertinentes, también debemos tener en cuenta varios factores que se engloban dentro de la visibilidad. Cuestiones como el estado de nuestros limpiaparabrisas, el ajuste de los faros del vehículo, el uso de productos especiales para la limpieza de las lunas, o mantener encendidas las luces de día marcan son clave para una conducción más segura.