Los componentes de nuestro vehículo influyen de manera directa en la seguridad de sus ocupantes, su confort, el ahorro e incluso en la cantidad de emisiones que se producen.
Los usuarios por su parte y dependiendo del tipo de conducción uso y calidad de los recambios elegidos, influye de manera directa en la vida útil del vehículo y sus componentes, por ello es de vital importancia conocer las claves para saber cuando un componente debe ser repuesto.
Te contamos todo lo que debes saber.
Un componente, una clave
- Aire acondicionado: para este componente es necesaria una revisión cada dos años que evite averías complejas y costosas, con el mantenimiento periódico alargamos su vida útil y prevenimos la pérdida de refrigerante.
- Filtros del habitáculo: cada 15.000 km o al menos una vez al año, debe cambiarse este filtro, lo que evita que el sistema de climatización se fuerce y aparezcan averías.
- Iluminación: la iluminación es uno de los componentes más importantes para la seguridad, por lo que lo recomendable es cambiar las lámparas cada 50.000 km o cada dos años y revisar siempre el sistema antes de un viaje largo.
- Bujías y calentadores: los factores que influyen en su sustitución dependen del tipo de combustible y las condiciones de conducción, pero normalmente las bujías modernas soportan entre 30.000 y 60.000 km antes de necesitar un cambio.
- Freno de disco: en este componente siempre hay que tener en cuenta el uso que se hace de los frenos y el tipo de conductor que esté al volante, por lo que se recomienda controlar discos y pastillas al menos cada 20.000 km y tener presente que las pastillas delanteras se desgastan el doble.
- Amortiguadores: deben cambiarse siempre al completo o por pares idealmente a los 65.000 km o a los 90.000 km, con una revisión recomendada cada 20.000 km.
- Baterías: la vida útil depende del fabricante, pero suele oscilar entre los cuatro y cinco años. Aun así, la duración puede verse afectada por la conducción y el número de arranques.
- Rodamientos de ruedas: suelen durar toda la vida útil del coche y se calcula que están preparados para al menos superar los 500.000 km, sin embargo pueden deteriorarse por diferentes motivos.
- Escobillas: se recomienda su cambio anual para garantizar un funcionamiento eficaz en todo momento, la época ideal para esto es el otoño, antes de la llegada del frío, la lluvia y la nieve.
- Filtros de motor: filtros de aire cada 10.000 km, de aceite con cada cambio de esta sustancia, en motores diesel es necesario cambiar el filtro de combustible cada dos años o 40.000 km y en gasolina cada dos años o 60.000 km.
- Gestión del motor: sensores y actuadores deben ser los protagonistas cada vez que se haga una revisión o mantenimiento periódico para comprobar su estado.
- Sistemas de dirección: amortiguadores y neumáticos deben ser el eje de las revisiones periódicas en este sistema.
- Frenos de tambor: su duración media es de 80.000 km y debe pasar revisión cada 30.000 km.
- Kits de distribución: pese a ser componentes muy resistentes, dependen de una tensión específica que puede llevar los materiales al límite con un uso continuado, por ello es importante su sustitución entre los 100.000 y 120.000 km.
La clave de la seguridad en carretera es un coche bien mantenido y al día con las revisiones de cada uno de sus componentes, que pueden ser sustituidos fácilmente para evitar averías mayores y más costosas.